Doy play y creo escuchar los ecos de una generación. La canción final de una película de culto sobre una de las escenas musicales más importantes de un lejano país.
Y.E.T.I. de Grosero evoca mucho de eso, al presentarse como una síntesis, una consecuencia lógica, pero arriesgada, sobre la base de los géneros musicales más interesantes y mejor ejecutados de las 2 últimas décadas.
¡Dale play a Y.E.T.I.! Mientras lees esta breve reseña sobre el single.
Qué GROSERO
Una breve convocatoria en un conocido grupo de música en Facebook fue el inicio de la banda hoy conformada por Renato, Julio, Paula y Jorge. Ellos tomaron, por cuenta propia, los instrumentos alrededor de los 10 años y, a pesar de diferentes dificultades y cambios de rumbo, han logrado dominar uno o varios de ellos. Paula es la guitarrista y tiene una musicalidad valiosísima para aterrizar melodías; Julio, AKA Raxet, no solo es el productor de la banda, tiene la destreza para tocar percusiones y el instrumento que sea necesario, lo que lo ha llevado a trabajar ya con otras bandas de la escena (ojito con el EP Saudade de Claustrofóbicos); Renato, la voz de Grosero, imprime un estilo particular cercano al R&B y al Hip Hop; Jorge, toca teclados, batería y principalmente el bajo, así como conduce diferentes proyectos paralelos que representan sus intereses musicales (atención a Trent Boyett).
Lo que impulsó a la banda desde sus primeros encuentros fueron “las ganas de hacer música diferente y experimentar con varios géneros”, inspirados por el sonido de sus artistas favoritos. Rápidamente se hicieron amigos, se juntaron para tocar y ensayar en el distrito que para muchos no existe, y empezaron a lanzar música bajo el nombre de GROSERO, un concepto intenso con el que quieren representar su sonido y su actitud frente a la vida.
Sus músicos son parte de una generación que ha escuchado tanto la última camada de rock moderno (indie o alternativo) como las anteriores dos décadas de experimentación musical y crecimiento de géneros o fusiones de R&B, Hip Hop y Electrónica. El espíritu de estos últimos empuja el proyecto hacia un sonido vanguardista y el contexto musical actual perfila un escenario perfecto para el nacimiento de nuevos sonidos.
Y.E.T.I.
Sensorialmente y a priori, antes de confirmar la información con la banda, dos grandes grupos de referentes aparecían en mi mente la primera vez que escuché Y.E.T.I.: los músicos, colectivos y boy bands de Neo Soul/R&B que aparecieron con fuerza en la década de los 10.s, como Odd Future, The Internet o Brockhampton; y la generación de bandas y artistas que experimentan o incorporan elementos del Hyperpop, el Glitch, el Noise y el Industrial.

“No estábamos buscando exactamente hacer Hip Hop o Rock o música Electrónica como tal, sino que agarramos algo de cada género y lo combinamos para sonar actuales”. Confiesa la banda sobre la concepción del tema que, en sus propias palabras, les ha mostrado un posible camino a seguir, ya que en él confluyen los impulsos más agresivos y apacibles de la agrupación. En sus temas previos pudieron experimentar diferentes caminos que los ayudaron a encontrar este sonido, en un primer momento más orientado hacia el R&B y el Hip Hop, inspirado en artistas como los ya mencionados Brockhampton y Frank Ocean:
“A veces pienso que Y.E.T.I. más que una evolución, fue un plot twist musical, pues en nuestras primeras canciones (Piqueo Snack y Aparentemente) teníamos presente lo de tener un sonido R&B”.
¿Cómo nace uno de los mejores singles del momento?
Específicamente Y.E.T.I., toma de inspiración Myself, un tema de Yeat, uno de los artistas más experimentales y propositivos de la actualidad. Luego de escucharlo, empezaron a jugar con su estructura musical y se decidieron a crear una canción tomando como ejemplo esta y su posible proceso creativo: partir de un loop y agregar capas de atmósferas, sintetizadores e instrumentos para enriquecer melódicamente la base. El trabajo de bajo y guitarras ahí aplicado es notable.
La primera parte del tema define el tono del mismo, construyendo el ambiente a partir de punteos fríos y melancólicos, una sensual batería, notas sutiles de teclado y un bajo robusto que inyecta groove. En el coro, las notas de teclado sobresalen cayendo armoniosamente sobre la estructura y el delivery vocal acelera la percepción del ritmo musical. El puente irrumpe con fuerza, poniendo el peso de la misma sobre la voz, explorando efectos vocales y agregando más instrumentos, a la par las letras reflejan el culmen de violencia dentro de la canción. Finalmente, revienta con capas y capas de guitarras distorsionadas y saturadas, sintetizadores y una interpretación visceral del coro.

Si bien, instintivamente, en un primer momento podríamos pensar que el resultado final bebe del tratamiento técnico de producciones de Shoegaze y Noise rock, este tema manifiesta otras influencias como el Glitch pop:
“Nos inspiramos bastante de artistas como Yeule, que combina esas sonoridades digitales con guitarra distorsionada y baterías casi reales.”
El proceso creativo de la banda, como la producción, es bastante horizontal y democrático. Los aportes vienen de todos lados: “todxs aportamos con ideas para riffs, líneas melódicas, acordes, ideas de samples o sonidos de todo tipo”, nos comenta Julio, quién también es responsable de organizar estos recursos, estructurarlos y acercar el resultado lo más posible al concepto que tiene en mente el equipo.
La banda nos cuenta que la creación de este tema fue la primera vez que trabajaron con un objetivo y dirección clara, a diferencia de experimentos sonoros previos en que el desarrollo era más intuitivo. Aunque ya coincidían en gustos musicales y tenían buena química tocando, Yeat fue la base común entre los integrantes y Y.E.T.I. fue el pivote creativo necesario que permitió materializar el sonido y la idea que en conjunto tenían de Grosero y la música a producir.
En singles anteriores, la banda ya había demostrado irreverencia y desenfado en sus letras, pero este es el primer tema que refleja su lado más agresivo, errático y emocional:
“La canción captura ese feeling de cuando no te sientes cómodo en un lugar y pasas desde disociar hasta la rabia”.
Sumado a la lírica explícita del tema, tenemos una ejecución in crescendo, que explora diferentes velocidades y cadencias en la entrega de los versos, y que potencian su expresividad.
A punto de explotar
Ahora conocemos qué, cómo y por qué es Grosero. Y tú también puedes saberlo escuchando Y.E.T.I., su penúltimo y más intenso single. Cabe destacar que por el momento es el único tema de la banda que cuenta con un video oficial, que quedará para el archivo como la pieza que captura sus primeros momentos. Ahora, vienen trabajando en un segundo videoclip para el último de sus singles, “Redditardo”, y por el momento hacen una pausa a los lanzamientos para preparar el desde ya esperado primer EP y sumar minutos sobre el escenario para seguir ampliando el alcance e impacto de su repertorio.
Si deseas colaborar con ellos, este es el momento. Envíales un mensaje directo a través de su perfil de Instagram. Si los ves en la calle, invítales una buena sangría Gato Negro y aprovecha para sacarte un par de fotos o grabar saludos, porque en menos de un año estarán insoportables y groseros. ¡Lo firmamos!
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