Narcosis celebra en el Teatro Leguía los 40 años de ‘Primera Dosis’, el cassette que encendió el rock subterráneo

Cuando Primera Dosis apareció en 1985, el circuito oficial de la música peruana estaba dominado por la radio comercial y las disqueras que apostaban únicamente por propuestas rentables. Ese demo grabado en una sala limeña no formaba parte de esos planes, pero terminó siendo el punto de partida para una escena que decidió caminar al margen de las reglas establecidas. Narcosis no inventó la autogestión, pero la llevó a un nivel que inspiró a decenas de bandas y convirtió la copia casera en un acto de resistencia.

El rock subterráneo nació con precariedad y con un espíritu de independencia que se convirtió en identidad. Copiar cintas, organizar conciertos en locales improvisados, crear fanzines fotocopiados, eran maneras de sostener una comunidad que se reconocía en canciones cortas, veloces y cargadas de rabia. Narcosis se volvió el referente inmediato porque Primera Dosis circuló con la fuerza de un virus cultural, multiplicado en cientos de manos hasta llegar a oídos que jamás habrían tenido acceso a él por las vías tradicionales.

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Este sábado 30 de agosto en el Teatro Leguía, Narcosis recordará aquel inicio interpretando íntegramente el cassette que marcó el camino. Será un concierto único, pensado como reencuentro entre la banda y un público que nunca dejó de considerar ese demo como un hito. La cita también recupera canciones que no suelen estar en su repertorio, piezas que completan el retrato de esa etapa y que ayudan a comprender por qué la palabra subterráneo terminó definiendo a toda una generación musical en Lima.

Lo que ocurrirá en esa noche va más allá de la celebración de un aniversario. El subte siempre fue un espacio incómodo, que se sostuvo en la convicción de que las canciones podían circular sin depender de la aprobación de nadie. Volver a escuchar Primera Dosis en vivo cuarenta años después es recordar que todo comenzó en un circuito paralelo y que ese gesto todavía conserva su fuerza. La autogestión ya no es novedad, pero Narcosis nos recuerda que un demo maltratado y copiado hasta el desgaste puede cambiar la historia de un país.

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