«La Bestia»: Coral y el arte de jugar con el peligro

Algunas canciones son como un callejón sin salida: entras sin pensar y cuando intentas volver, ya es tarde. «La Bestia» no advierte ni da pistas sobre lo que realmente está tramando. Coral ha logrado hacer de una balada una trampa perfecta, un lugar donde todo parece seguro hasta que empiezas a notar las sombras moverse.

Desde el primer segundo, la canción se desliza con una calma sospechosa, como si intentara hipnotizar antes de atacar. Hay una sensación de espera, un vaivén entre lo que se dice y lo que se calla. La voz no necesita elevarse ni exagerar el dramatismo, porque la verdadera carga está en lo que sugiere. Una confesión a medias, un impulso contenido, una decisión que aún no se toma.

El tema plantea un dilema eterno: qué hacer cuando el instinto es más fuerte que la razón. No es una canción que juzgue, ni que justifique, simplemente deja la puerta abierta para que cada oyente decida si entra o no. No hay moralejas ni respuestas fáciles, solo una pregunta flotando en el aire: ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar?

También te puede interesar  Jugar a ser niño: Nico Saba estrena Julia, su nueva canción

La producción mantiene la tensión en su punto justo. Nada desborda, nada se precipita. La instrumentación acompaña sin imponerse, construyendo una atmósfera que parece al borde de romperse en cualquier momento, pero que se contiene, aumentando la incertidumbre. No hay picos emocionales evidentes, solo un pulso constante que te hace olvidar cuándo empezó todo.

«La Bestia» no se apoya en explosiones ni giros evidentes. Su verdadero peso está en lo que insinúa, en la sensación de que algo está a punto de suceder pero nunca se concreta del todo. Coral entiende que lo más inquietante no es lo que se ve, sino lo que se imagina cuando la luz apenas deja entrever lo que hay detrás.

También te puede interesar  Ailis Blue y Renata Flores fusionan tradición y modernidad en single “Libertad (Cap. 08)”

Más música de Coral:

Deja un comentario